Habiendo dejado de lado estas consideraciones por ahora, podemos volver a la pregunta original: cuando se trata de los efectos adversos del abuso y el maltrato infantil, ¿qué es más importante, los eventos objetivos, los recuerdos subjetivos o la sinergia de ambos? ¿Quien lo dirá? Bueno, esta es la razón por la cual tenemos ciencia, nuestro método de arbitraje entre afirmaciones en competencia basadas en evidencia empírica.
Un nuevo estudioLos psicólogos Andrea Danese del King's College London y Cathy Spatz Widom de la Universidad de la Ciudad de Nueva York intentaron responder a esta pregunta. Al examinar los registros oficiales de los tribunales penales de menores y adultos, los investigadores identificaron a un grupo de participantes (n = 908) que fueron maltratados en la infancia entre 1967 y 1971, y luego los compararon en función de la edad, el sexo , la raza / etnia y la sociedad. clase con un grupo de comparación de participantes similares sin registros oficiales de maltrato (n = 667).
Luego, los investigadores rastrearon, localizaron y entrevistaron a miembros de los grupos maltratados y de comparación veinte años después. Las entrevistas en persona de 2 horas incluyeron la evaluación de informes retrospectivos de abuso físico infantil, abuso sexual y negligencia, así como la evaluación de la psicopatología actual y de por vida. En total, 1.196 miembros (76 por ciento) de la muestra original fueron entrevistados. Aproximadamente la mitad eran mujeres (48.7 por ciento) y aproximadamente dos tercios eran blancas (62.9 por ciento). La edad media de la muestra en el momento de la entrevista de seguimiento fue de 28,7 años. No hubo diferencias significativas de género, etnia o edad entre los grupos de comparación verificada y de abuso.
Luego, los investigadores compararon cuatro subgrupos dentro de esta muestra: aquellos que tenían un registro objetivo de abuso pero no lo recordaban; aquellos que no tenían un registro pero informaron recuerdos de abuso; aquellos que tenían tanto un registro como un recuerdo; y los que no tenían ninguno. Las comparaciones se centraron en cómo les fue a estos grupos en términos de sus resultados de salud mental, particularmente internalizando (por ejemplo, depresión, distimia, ansiedad generalizada) y desórdenes externalizantes (por ejemplo, personalidad antisocial, abuso de alcohol o drogas, y / o dependencia).
El análisis arrojó un patrón claro: la memoria subjetiva, más que el hecho objetivo, llevó el día. En otras palabras, los datos parecen sugerir que si ha sido abusado es menos importante para su ajuste futuro que si tiene recuerdos subjetivos de abuso.
Los autores escriben: "Descubrimos que el riesgo de psicopatología se concentra entre individuos con medidas subjetivas en lugar de objetivas de maltrato infantil ... El riesgo de psicopatología vinculado a experiencias objetivas de maltrato infantil, incluso para casos severos de maltrato identificados a través de registros oficiales de la corte, es mínimo en ausencia de una evaluación subjetiva. En contraste, el riesgo de psicopatología vinculada a experiencias subjetivas de maltrato infantil es alto, ya sea que la evaluación subjetiva sea o no consistente con medidas objetivas. Los hallazgos fueron notablemente invariables en diferentes tipos de maltrato y psicopatología y en géneros y razas ... Estos resultados sugieren que la psicopatología emerge como una función de la experiencia subjetiva más que objetiva del maltrato infantil".
Sin duda, un estudio, por bien diseñado que sea, es insuficiente para determinar la verdad. En particular, un estudio como este, que no fue longitudinal ni experimental, no puede establecer la causalidad. El hecho de que los recuerdos subjetivos del maltrato infantil se correlacionen con problemas psicológicos no significa que los recuerdos causaron los problemas. Los recuerdos subjetivos de abuso pueden ser el resultado, más que la causa, de los procesos psicopatológicos. También es posible que alguna variable extraña no medida (como, por ejemplo, atención negativa o neuroticismo) facilita tanto los recuerdos subjetivos como los problemas psicológicos. Estos hallazgos también plantean preguntas interesantes sobre qué causa que algunos niños maltratados, pero no otros, recuerden su abuso, y qué puede hacer que algunos adultos desarrollen recuerdos de abuso en ausencia de tales eventos reales.
Al mismo tiempo, estos hallazgos se alinean bien con antiguas ideas de las artes (como en Hamlet de Shakespeare: "¿Por qué, entonces, no es nada para ti, porque no hay nada bueno o malo, pero el pensamiento lo hace así?"), Según la tradición de la psicoterapia, que sostiene que nuestros pensamientos subjetivos y nuestras propias narrativas dan forma a nuestro comercio con el mundo. Y de ciencia cognitiva de vanguardia, como el trabajo del psicólogo Daniel Kahneman, quienes descubrieron que nuestra "experiencia personal" momento a momento difiere de nuestra "memoria propia" retrospectiva, y que nuestro bienestar está más ligado a lo último que a lo primero.
Si este hallazgo se replica y se mantiene, las posibles implicaciones son interesantes. Por ejemplo, si todo lo que necesita para sufrir es una historia de abuso subjetiva y autoconstruida, entonces proteger a los niños del abuso real puede no protegerlos lo suficiente de daños futuros. Al mismo tiempo, los hallazgos invocan preguntas morales espinosas. Por ejemplo, si sabemos que se le hizo un daño objetivo cuando era niño, y también sabemos que saber sobre ese daño le causará más daño en el futuro, ¿tenemos la responsabilidad moral de protegerlo de ese conocimiento? ¿Es la verdad objetiva un valor más alto que la salud mental subjetiva de uno?